lunes, 26 de diciembre de 2011

El Mensaje de los Lunes "Fin de año"


Termina el año con su multitud de quehaceres de última hora, pero sobre todo, se va cargando con las penas y alegrías del año, con sus desafíos, intentos y fracasos.
            La unidad “año” tiene la dimensión suficiente como para hacernos meditar sobre la totalidad de la vida. Podemos pensar en las acciones, pensamientos y sentimientos del año como si fuera una pequeña vida.


            Y tal como la vida, el año se va rápidamente dejándonos la impresión de la fugacidad de nuestra existencia.
            El año es un tiempo suficiente para pensar cómo lo estamos haciendo, para examinarnos a nosotros mismos.
            Ojalá ese examen sea sincero, que reconozcamos lo bueno y lo malo, que no seamos autocomplacientes ni escondamos nuestra realidad lo que es una irresponsabilidad. Debemos enfrentar nuestra vida tal como es, asumiendo las consecuencias de nuestros actos.
            Tampoco debemos vivir amargados por lo no hecho o lo que hemos hecho mal. Por el contrario hemos de abandonar todo lo vivido en los brazos de la Misericordia divina.  Lo contrario sería no aceptar el Dios de Jesucristo que es perdón y regalo para nuestra pobre y frágil condición.
            Más que quejarnos por lo malo, debemos estar alegres porque somos amados y perdonados por un Padre de Bondad.
            Y si hemos sufrido, es lógico que no queramos sufrir tanto durante el año que viene, pero pensemos que ese dolor que tuvimos tendrá su compensación en una felicidad que desborda todo lo que podríamos imaginar

lunes, 19 de diciembre de 2011

El Mensaje de los Lunes "A la entrada del Pesebre"


Hay personas que se admiran porque juntamos a Jesús con los pobres. Así se criticaba al P.Hurtado que decía entre muchas otras cosas “El pobre es Cristo”.
Tal vez esas personas no se han puesto a pensar que Jesús no nació en un palacio, tampoco en una casa normal. Nació simplemente en un lugar donde comía el ganado. Ni le han escuchado decir que él no tenía dónde reclinar su cabeza. O bien no han prestado atención a palabras suyas como “El Señor me ha enviado a traer buenas noticias a los pobres” y también “felices los pobres”.
Es que nos hemos acostumbrado a vivir en una Sociedad “cristiana” que considera al pobre como alguien inferior, alguien que vive en segundo plano.
Éste es uno de los aspectos sorprendentes de lo ocurrido en Belén.
Más nos asombra el hecho de que así haya transcurrido toda la Obra Salvadora. La predicación de Jesús, su pueblo, sus parientes, sus amigos, su condena a muerte y su misma muerte en el patíbulo, todo ha sido en un contexto de pobreza.
Por eso miramos con respeto a los más pequeños e insignificantes de la Sociedad, y sentimos que ese niño en el que se hizo carne el Verbo de Dios, por su sola presencia, cuestiona los grandes poderes de este mundo
Él, silencioso y sonriente en su cuna de paja, nos cuestiona a todos.
Su vida desde el comienzo es palabra y llamado que nos pone a todos a la entrada del pesebre.

lunes, 12 de diciembre de 2011

El Mensaje de los Lunes " El concierto de la Sinfónica "


Con una diferencia de pocos días la ciudad de La Unión pudo disfrutar de dos fiestas musicales: el concierto de Cámara de  Valdivia, y ahora la sinfónica de Chile. 

Ya me referí al primero el Lunes pasado. 
No puedo dejar de agregar algo sobre el segundo, es decir lo que pensaba escuchando ese vendaval de música que llenaba el espacio de Gimnasio fiscal el pasado  5 de diciembre.
  Aunque la música es para ser escuchada, gana un no sé qué cuando además podemos “verla” ejecutada.  Escuchar sin ver es importante, pero ciertamente exige una disciplina mayor de la atención. 
En cambio si se oye y ve una orquesta, resulta para el auditorio un beneficio adicional. Es que la música que se oye de un CD  o de una radio es inevitablemente algo del pasado, algo envasado. En cambio escuchando, por ejemplo, a la Sinfónica presente con sus 90 músicos, la ejecución se realiza allí ante nuestros ojos. Se está dando la realidad musical que surge de un instrumento y del artista que la produce, en ese momento. Es un nacimiento. Es como si esa música brotara por primera vez.   
Hasta experimentamos una pequeña ansiedad ante la posibilidad de una equivocación notoria del músico ejecutante. Y esto le añade cierta emoción secreta en el auditor.
La Orquesta Sinfónica con su variedad de instrumentos y la peculiar guía de su director nos hizo asomarnos a un mundo muy rico y variado, con muchas emociones y voces dialogantes; nos hizo asomarnos a calles en fiesta y a sentimientos de pena o nostalgia, de alegría y triunfo. 
En fin, todo lo humano y lo divino. 
Y al término, queda un sentimiento indefinible de gratitud.
A los músicos, a los organizadores, a la gente, a la realidad, al Creador…

lunes, 5 de diciembre de 2011

El mensaje de los Lunes "Concierto de Música"



La Orquesta de Cámara profesional de la Universidad Austral vino a La Unión, auspiciada por la Empresa COLUN.
            Como en otras ocasiones parecidas, fue una fiesta del sonido que tuvo lugar en la iglesia parroquial de nuestra ciudad con presencia de un numeroso auditorio el 29 de Noviembre pasado.
            Una vez más esta experiencia de música clásica ejecutada directamente en el espacio que uno ocupa, conmueve y hace pensar.
            Por una parte es la extrañeza ante una realidad que es pura vibración de aire, pero que logra hacer vibrar no sólo el propio oído sino el alma.
            A la vez es admiración ante aquellos que arrancan el sonido de sus instrumentos con una música que es melodía, ritmo, armonía, conjunto. También ante esos compositores que encontraron en su imaginación y en su espíritu, tan notables construcciones de belleza.
            Asombro ante el Creador divino que hizo brotar la realidad para que tomara formas de belleza no sólo en el canto del río, del ave y del viento. También para inspirar a los humanos otra creación inédita y decir así lo que las palabras no pueden expresar.   
            Porque eso es por último la música, un decir sin decir. Un decir que no puede ser traducido sino con otra música o con el silencio.
            Es el alma que canta para expresar lo que anhela nuestro espíritu y a la vez el Espíritu de Dios. Como dice San Pablo: “El Espíritu pide por nosotros con gemidos inefables, y Aquel que penetra los secretos más íntimos, entiende esas aspiraciones del Espíritu” (Romanos 8, 26-27).

lunes, 28 de noviembre de 2011

El mensaje de los Lunes "Mar para Bolivia"



Una encuesta reciente muestra que la opinión de los chilenos que se oponen a toda cesión de territorio a Bolivia va creciendo.
            Ignoro los motivos. En alguna parte se dice que “no le debemos nada” a nuestros, vecinos. También que todo nuestro territorio nacional está legalmente en manos chilenas. Y se propone en la misma encuesta que a Bolivia se le den facilidades económicas, pero ni un solo centímetro de territorio.
            Confieso que me cuesta entender esta postura. No es el caso de discutir si somos legítimamente dueños de todo, ni examinar las causas de esa guerra del siglo XIX. Tampoco de poner en cuestión los tratados que la siguieron.
             Lo principal es que tenemos una costa impresionante por su largo y belleza, que algún día Bolivia tuvo parte de ella, que es una aspiración secular de ese pueblo. Nosotros podemos mirar el problema con indiferencia y desde lejos. Ellos no. El anhelo de mar está en el corazón de cada boliviano.
            Nosotros podemos cerrar el nuestro, pero si lo hacemos no debemos decir que somos seguidores de Jesús. Él nos enseñó otra cosa.
            No hay que olvidar la parábola de Lázaro y el rico que se daba grandes banquetes mientras Lázaro yacía a su puerta llagado y con hambre.
            Ni aquellas palabras de Jesús: “vendan sus posesiones…acumulen aquello que no pierde valor…” Y tantas otras en que nos llama a ser hermanos y a hacer un mundo de hermanos.
            Qué grande sería que los cristianos de todas las confesiones se unieran para pedir que el país se porte como hermano con su vecino. 

lunes, 14 de noviembre de 2011

El mensaje de los Lunes "Empresa, comunidad de vida"

(peón con la reina) 
¿Será mucho pedir que la Empresa sea una realidad humana en que todos los actores confluyan para el bien de todos? De hecho en muchas partes se entiende así, pero en otras continúa estimándose que la Empresa es simplemente un negocio destinado a incrementar el patrimonio de éste, sin que interese mucho la suerte de los trabajadores Cuando esto ocurre, tampoco a los obreros les interesa demasiado la suerte de la
Empresa. No se sienten afectivamente vinculados a ella. Y todas las relaciones se dan con frialdad, haciéndose muy poco amable el trabajo. En caso de conflicto, que es normal que ocurra como en todo encuentro de seres humanos, se enciende la agresividad, lo que dificulta mucho llegar a un entendimiento.
De ahí que elementos que parecerían accesorios al rendimiento de la industria o del campo en cuestión, sean muy importantes. Por ejemplo el trato amable entre todos, la confianza mutua, la información completa, la implementación de descansos y recreación, sin esperar que sea estrictamente obligatoria, la capacitación permanente de todo el personal, en fin, Es imprescindible que el empresario se pregunte al empezar su gestión no sólo cuánto voy a ganar sino cómo hago para que todos trabajen contentos involucrándose con un interés común. Muy particularmente debe recordar que los trabajadores son personas y que sus hogares suelen sostenerse en ese único trabajo al que dan la mayor parte de su tiempo y energía.

lunes, 7 de noviembre de 2011

El Mensaje de los Lunes "DIOS ES MÁS GRANDE QUE NUESTRO CORAZÓN"


Dios no puede ser un adorno en nuestra vida: alguien a quien nos dirigimos de cuando en cuando, sobre todo cuando estamos necesitados, para pedirle favores.
La realidad de Dios es más grande que eso.
No es un ser humano con un poder mayor, ni alguien que está instalado más allá de las nubes para dirigir el mundo como un artista maneja sus marionetas.
Dios es el Misterio insondable de la Vida. Nos envuelve y nos impregna, está en la raíz de nuestra existencia.
A través de Jesús sabemos que es un Padre, que nos ha criado, nos ha amado y nos ha perdonado.
Más que hablar mucho de Él y más que pedirle favores, nos corresponde primeramente adorarlo con asombro y emoción. Luego darle gracias y cantar su grandeza.
Pero también alguna vez suplicarle porque somos frágiles y vivimos amenazados por la adversidad, la enfermedad o la muerte.
Los filósofos han hablado de Él pero más sabemos por lo que nos ha revelado su hijo Jesús. Por eso conviene recorrer muchas veces las páginas del Evangelio para asomarnos con alegría y confianza a esa realidad Inmensa y Cercana que es Dios, nuestro Padre. De Él dice la Biblia que es más grande que nuestro corazón.